lunes, 15 de noviembre de 2010

La empatía

Las expresiones faciales y la empatía.

Del vocablo griego antiguo εμπαθεια, formado εν, "en el interior", y πάθoς, "sufrimiento".
Llamada también inteligencia interpersonal en la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner, es la capacidad cognitiva de percibir en un contexto común lo que otro individuo puede sentir. También es un sentimiento de participación afectiva de una persona en la realidad que afecta a otra.

Definición teórica
La empatía cuenta con muchas definiciones diferentes y que cubren un amplio espectro, que van desde la sensación de una preocupación por los demás que crea el deseo de ayudarlas, experimentar emociones que coinciden con las emociones de la otra persona, saber lo que la otra persona está pensando o sintiendo, difuminar la línea entre el yo y el otro. 

A continuación se muestra una lista de varias definiciones de la empatía:
  • Daniel Batson: Una motivación orientada hacia el otro.
  • DM Berger: La capacidad de conocer emocionalmente lo que otro está experimentando dentro del marco de referencia de esa otra persona, la capacidad de probar los sentimientos de otro, o poner uno mismo en los zapatos del otro.
  • Jean Decety: Una sensación de similitud en los sentimientos experimentados por el yo y el otro, sin confusión entre los dos individuos.
  • Nancy Eisenberg: Una respuesta afectiva que se deriva de la aprehensión o la comprensión del otro estado emocional o condición, y que es similar a lo que la otra persona se siente o se espera que se siente.
  • RR Greenson: Empatizar es el medio para compartir, y experimentar los sentimientos de otra persona.
  • Alvin Goldman: La capacidad de ponerse en los zapatos mentales de otra persona para comprender sus emociones y sentimientos.
  • Martin Hoffman: una respuesta afectiva más apropiada a otro de la situación de uno mismo.
  • William Ickes: complejo psicológico en que la inferencia que la observación, la memoria, el conocimiento y el razonamiento se combinan para ayudar a comprender los pensamientos y sentimientos de los demás. 
  • Heinz Kohut: La empatía es la capacidad de pensar y sentir a uno mismo en la vida interior de otra persona.
  • Carl Rogers: Percibir el marco de referencia interno del otro con exactitud y con los componentes emocionales y los significados que se refieren a ella como si uno fuera la persona, pero sin perder nunca el "como si" de condición. Por lo tanto, que significa sentir el dolor o el placer de los otros como él los siente y percibir las causas del mismo, como él los percibe, pero sin perder nunca el reconocimiento de que es como si estuviera siendo herido o sintiendo placer.
  • Roy Schafer: La empatía implica la experiencia interna de compartir y comprender el estado psicológico momentáneo de otra persona.
  • Wynn Schwartz: Reconocemos a los demás como empatía cuando sienten que han actuado en forma precisa o de alguna manera se reconoce en forma tácita o declarado nuestros valores y motivaciones, nuestros conocimientos y nuestras habilidades o competencias, pero especialmente en lo que parece reconocer la importancia de nuestra acciones de una manera que podemos tolerar, y ser reconocidas.
  • Edith Stein: La empatía es la experiencia de la conciencia exterior en general.
  • Simon Baron-Cohen (2003): La empatía es de forma espontánea y natural de ajuste a los otros en lo que respecta a la persona, pensamientos y sentimientos, cualesquiera que sean [...] Hay dos elementos importantes a la empatía. El primero es el componente cognitivo: Comprender los sentimientos de los demás y la capacidad de tomar su punto de vista [...] el segundo elemento de la empatía es el componente afectivo. Este es un observador emocional da una respuesta adecuada a los estado emocional de otra persona.
  • Khen Lampert (2005): "[empatía] es lo que nos pasa cuando salimos de nuestro propio cuerpo ... y nos encontramos ya sea momentáneamente o por un período de tiempo más largo en la mente de los demás. Observamos la realidad a través de los ojos, sentimos sus emociones, compartimos su dolor. "
Hipótesis y suposiciones
Ciertas corrientes de pensamiento psicológico postulan que la mente humana tiene en común sensaciones y sentimientos. La única diferencia entre dos personas es el momento en el que se muestran dichos sentimientos, provocando emociones que motivan a actuar. Que una persona no sienta igual que otra en un momento dado, es por razones educativas, predisposición genética y condicionantes hormonales, que inducirán a encauzar los estímulos de una forma u otra. Por eso, infieren que la empatía es posible en un individuo capaz de razonar acerca de sí mismo, evaluar sus sentimientos y razonar acerca de otras personas de forma que no tienda a justificar sus propios deseos. El deseo sería la unidad de degeneración del pensamiento objetivo, y el grado de exactitud estaría desvirtuado, en mayor o menor medida, dependiendo la profundidad del conocimiento de uno mismo, o lo que es lo mismo, de su inteligencia emocional.
También parece ser que la empatía desempeña un papel significativo en la teoría de juegos y en la vida económica:

"Solamente a través de la imaginación podemos concebir sus sensaciones (sc. los de nuestro hermano) (...) son las impresiones de nuestros propios sentidos y no la de los suyos lo que nuestra imaginación copia".
Adam Smith, 1759.

Incluso expresiones de la psicología popular tales como "nosotros", "nosotros los nacionales", "nuestro pueblo", etcétera, serían imposibles sin tal empatía (es decir, sin la asunción hipotética de la existencia de "personas parecidas a mí"). Parece ser que la capacidad de empatizar no es solamente importante para la observación de una conducta moral o social, sino paralelamente también para experimentar sentimientos como la envidia, el odio, guerras religiosas, etc. La filósofa Edith Stein ha realizado un estudio profundo sobre el problema de la empatía, de un gran rigor filosófico y científico. Su tesis de doctorado, publicada en español y titulada "Sobre el problema de la empatía", trata de la esencia de los actos de empatía en general, así como de la noción de persona que se obtiene a través del análisis de estos actos.
Por otra parte, se ha observado que un determinado tipo de neuronas, las neuronas espejo, solamente se activan cuando el mismo acto que realiza un primate lo efectua otro que es observado por el primero. De forma análoga, en los humanos se activa el mismo área cerebral, en el curso de una emoción, al observar a otra persona en el mismo estado emocional. Se ha verificado también experimentalmente que la empatía es mayor entre personas de idéntico sexo, raza o edad, y que el grado de empatía es muy variable de una persona a otra. Por tanto, la empatía parece ser un importante factor de cohesión social y es una ventaja evolutiva desarrollada por selección natural.
Además, parece que esta capacidad, al menos en las personas, es susceptible de desarrollo y aumento: se acrecienta más fácilmente en los que no han padecido problemas afectivos, con padres que se han ocupado de ellos, y que han vivido en un ambiente en el que han sido aceptados y comprendidos, han recibido consuelo cuando lloraban o tenían miedo, y que han visto como se promovía la preocupación por los demás... En definitiva, cuando las necesidades afectivas y emocionales han estado cubiertas desde los primeros años de vida.
Así pues, la empatía describe la capacidad intelectiva de una persona de vivenciar la manera en que siente otra persona; posteriormente, eso puede llevar a una mejor comprensión de su comportamiento o de su forma de tomar decisiones. Es la habilidad para entender las necesidades, sentimientos y problemas de los demás, poniéndose en su lugar, y responder correctamente a sus reacciones emocionales. Como tal es un sentimiento objetivo cuyo desarrollo requiere un cierto tipo de inteligencia. Quienes padecen autismo, síndrome de Asperger o determinadas psicopatías ven muy mermada esta capacidad cognitiva; por el contrario, quienes ejercen un liderazgo altruista suelen caracterizarse por el amplio desarrollo de esta capacidad. Los estudios demuestran que esta capacidad suele darse más a menudo en el género femenino de la especie humana, quizá por el hecho biológico de tener hijos y cuidarlos, aunque no es privativa del mismo.
Las personas con empatía son aquellas capaces de escuchar a los demás y entender sus problemas y motivaciones; por eso, poseen normalmente alto reconocimiento social y popularidad, ya que se anticipan a las necesidades, antes incluso de que sus compañeros sean conscientes de ellas, y saben identificar y aprovechar las oportunidades comunicativas que les ofrecen otras personas. Esta capacidad se extiende entre especies, permitiendo al empático una mejor interacción con los animales; inversamente, algunos animales poseen también esta capacidad, como el delfín. Ciertos animales domésticos que han tenido un largo trato con el hombre, han sido seleccionados a causa de su empatía.
Nuevos estudios permiten suponer que existe una relación entre la imitación o simulación del comportamiento y la capacidad de empatizar; incluso en el mundo animal se investiga la capacidad de empatizar como un posible avance en la evolución, al posibilitar relaciones de cooperación o simbiosis. También es frecuente la empatía entre animales, incluso hacia seres vivos de otras especies.
En el uso común, es la actitud de estar completamente disponible para otra persona, omitiendo expresar nuestras propias preocupaciones, sentimientos y pensamientos, para ofrecerle nuestra plena atención. Se trata de ofrecer una relación de calidad, fundada en un escuchar no valorativo, en el cual concentramos la comprensión de los sentimientos y necesidades fundamentales del otro.
En profesiones como el trabajo social, la medicina o la enseñanza, donde se requiere mucha empatía, el ejercicio continuado de la misma suele provocar su degradación, el cansancio o desgaste emocional, el síndrome del quemado o síndrome de burn-out. Por otra parte, existen los alexitímicos (personas incapaces de expresar los propios sentimientos y de percibir adecuadamente los de terceros) y los elementos antisociales o psicópatas, quienes guardan poca o ninguna consideración por los sentimientos ajenos y, en muchos casos, suelen manipularlas en su propio beneficio.
Numerosos pensadores han tratado sobre la empatía; entre ellos destacan Edith Stein, Sigmund Freud, Carl Rogers o José Antonio Marina.

Cualidad adquirida
Algunos investigadores dedicados al estudio de la empatía infantil han propuesto que esta cualidad, la capacidad de comprender los sentimientos ajenos, es adquirida. “Se ha mostrado que los niños víctimas de abuso no responden con empatía ante la aflicción de otros niños —explica el doctor Mark A. Barnett, profesor de la Universidad Estatal de Kansas en Manhattan, según se cita en el periódico The New York Times—. Tal vez vean a un niño angustiado y no reaccionen, o se acerquen a chillarle o empujarlo.” Por otro lado, agrega que “el niño cuyas necesidades emocionales han sido bien atendidas es más sensible a las emociones ajenas”. El doctor Barnett explica que la empatía pasa de padres a hijos.

Diferencias en función del género
Hoffman (1977) estudió el fenómeno y concluyó que la empatía es más relevante en las mujeres que en los varones.  Para Díaz-Aguado esto tiene que ver con la educación diferencial de niños y niñas. La evidencia de las diferencias de género en la empatía son importantes para los cuestionarios de autoinforme de la empatía en los que es obvio que esta indexada (por ejemplo, el impacto de la deseabilidad social y los estereotipos de género), pero son menores o inexistentes para otros tipos de índices que son menos evidentes las diferencias de genero. En promedio los sujetos femeninos puntúan más alto que los hombres en el cociente de Empatía (EQ), mientras que los varones tienden a una mayor puntuación en el cociente de Sistematización (SQ).

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