Un vínculo afectivo es una relación activa, afectuosa, recíproca y fuerte entre dos personas; la interacción entre éstas refuerza y fortalece la unión, es lo que todos conocemos como amor. La aparición de los lazos afectivos se facilita con la presencia de un cuidador atento, afectuoso y estable. Idealmente este lazo se crea con la mamá y el papá, y cuando pasa gran parte del día con un cuidador alterno éste juega un papel importante en su establecimiento de afectos. El lazo afectivo primario es la persona con la que el bebé llora más, a quien sigue más y a quien le dedica sus mejores sonrisas. Es la persona que mejor respuesta da a sus necesidades afectivas. En un principio el niño observa a su madre y si ésta tiene patrones de conducta repetitivos creará un esquema de lo que puede esperar de ella. La forma en que se establece la confianza del niño depende en gran medida de la manera en que la madre responde a sus necesidades.
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